lunes, 22 de julio de 2013
El tártaro
Aún me asombro del perfecto conocimiento de los griegos sobre la naturaleza humana, como podían matizar y saber hasta que punto nuestros deseos nos torturan. El tártaro es una magistral forma de describirnos, nuestra vulnerabilidad a nuestras necesidades más profundas. En el hades el suplicio perfecto, fuera de todo pronóstico y al parecer totalmente simple, es la visión de nuestros deseos mas básicos en una posición casi real, pero que nunca podrán materializarse. Si y así, a cada rato nos metemos en nuestro propio tártaro deseando aquello que parece cercano, que creemos ver todas las señales para su realización, pero que al mismo tiempo, resulta imposible. Y sí, está justo ahí, puedes ver tu deseo echo a dos dedos de ti, casi que lo puedes tocar, ver, escuchar y sentir, pero que solo se desvanece como arena entre tus dedos cuando quieres materializarlo. Y estos deseos sólo se materializan en señales que parecen fidedignas para aumentar el suplicio de nuestras esperanzas que no serán nunca.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario